La taza de café

                             -LA TAZA DE CAFÉ- 

Aquel exquisito aroma proviene de un lugar secreto, mi sentido del olfato se vuelve un misionero tras buscar el origen del aroma...

Y estaba una mujer sosteniendo una pequeña taza de café, me acerqué y le sonreí. Mire sus manos delicadas que encajaban muy bien en la taza, y sus bellos labios que rozaban la taza. 

Envidie a esa taza y desee haber estado en su lugar, pues ella tenía aquel olor que tanto había buscado, y la chica tenia un buen aspecto, era hermosa. 

Dos grandes maravillas tenía frente a mi vista y ambas deseaba tenerlas, mis miedos me ayudaron a acercarme y así fue cuando aproveche para saborear sus labios, ambos teníamos esas ganas de probar.

Tomé la taza de café y ahora escribo frente a ella, y mi amada nunca me defraudara pues con los años se convirtió en el amor de mi vida, por que gracias esa taza de café leo esta carta a mis hijos y les cuento como me enamore de su madre...